
¿Sabes qué contienen y cómo funciona un collar antipulgas?
Un collar antipulgas es usado como auxiliar en la prevención de infestación por pulgas en los perros. Están hechos de un plástico o goma resistente impregnado de un insecticida que penetra el pelo y la piel del perro.
Al ser colocados en el cuello, el insecticida recorre casi todo el cuerpo para crear una capa protectora contra parásitos. Por lo general, la duración del efecto de un collar antipulgas es desde uno hasta seis meses dependiendo de la marca. ¿Es eficiente este método antipulgas? No mucho ya que la acción del insecticida no cubre todo el cuerpo como las patas y la cola.
¿Cuál es el problema?
El gran problema de los collares antipulgas, es la intoxicación que puede sufrir un perro por los químicos que se esparcen poco a poco por todo su cuerpo. Éstos penetran la piel y llegan al torrente sanguíneo, afectando directamente el sistema nervioso.
Además de que este tipo de collares puede causar alergias o lesiones en la piel, existe un riesgo fatal si llega a ser ingerido, los perritos podrían tratar de quitárselo y si lo logran, sería masticado, comprometiendo su salud.
Dependiendo del tipo de collar, algunos podrían resultar tóxicos para los humanos, es por eso que, debemos de tener mucho cuidado y más si tenemos niños en casa, ya que ellos tienden a abrazarlos y a recargar su carita en ellos.
Todos los fabricantes de collares antipulgas dirán que no son peligrosos para los perros, sin embargo al leer detenidamente la etiqueta siempre veras algo cómo “evita el contacto con las manos”, “si tocas el collar con las manos lavar inmediatamente” “no ingerir” etc….
Si bien este producto es un auxiliar para prevenir pulgas, es importante considerar que es existe la posibilidad de que afecte y dañe la salud de tu perro y la tuya. Opta por alternativas naturales como el aceite esencial de menta Conoce más aquí.
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